El injerto es una técnica que permite unir partes de distintas plantas y que crezcan como una sola. Normalmente usaremos un pié o parte inferior de una planta fácil de producir, con raíces resistentes y gran poder de crecimiento y la usaremos para potenciar una planta que carece de alguna de estas características. ¿Qué podemos injertar? Para que dos plantas se puedan injertar tienen que tener una cierta afinidad fisiológica, o lo que es lo mismo, que su química interna y algunos otros aspectos de su funcionamiento interno sean compatibles. También es imprescindible una cierta compatibilidad de tamaño, de forma que podamos hacer coincidir las estructuras internas de ambas plantas y de esa forma facilitar la unión. Mientras más afines sean ambas partes del injerto más probable será que la unión se produzca y permanezca en el tiempo. Otro factor importante es el sentido del flujo de savia, lo normal es injertar un ápice sobre un tallo como portainjerto, es el caso más recomendable y el que más posibilidades de éxito tiene, pero si por cualquier motivo queremos injertar por ejemplo una parte inferior de una planta y usarla como parte superior del injerto es perfectamente posible, eso si, algo más lento. ¿Qué porta injerto es mejor? Normalmente se utilizan columnares finos por que resultan fáciles de manipular y producir y luego quedan estéticos. Pero no siempre son la mejor opción. Un factor que suele descuidarse es la durabilidad del pié de injerto y su resistencia a las plagas, si realizamos un injerto y al cabo del tiempo el pié o portainjerto se pudre o seca, tendremos que reinjertar, con lo que la planta estará en riesgo, además de que la podredumbre del pié puede extenderse a la planta injertada y producir su muerte. El uso de portainjertos de crecimiento fuerte con partes injertadas de plantas de crecimiento lento, suele producir plantas de aspecto hinchado y deforme, incluso con tendencia a las grietas. En estos casos es recomendable utilizar portas de crecimiento más moderado que producirán un aspecto final más natural. Algunos de los porta injertos más frecuentes son: Selenicereus: Fáciles de obtener, estéticamente aceptables y razonablemente duraderos. Tienen tendencia a hinchar la planta injertada. Myrtillocactus: Muy utilizado hace unos años, si se utilizan brotes finos suelen terminar por pudrirse, tendencia a hinchar la planta. Hylocereus: Frecuente sobre todo en injertos de poca calidad. Casi siempre se estropean pronto. Globulares: Se usan para evitar el engorde artificial del injerto. Usar evidentemente ejemplares pequeños. Un ejemplar de la misma especie a injertar. Es lo ideal cuando queremos amplificar una determinada anomalía de un ejemplar, por ejemplo una cristación, pero sin incorporar rasgos extraños a la planta. Siempre tenemos que usar un porta injerto que esté en crecimiento, si no existe ese crecimiento rara vez se producirá la unión del injerto. ¿Para qué se injerta? Normalmente se injerta para dotar a una planta de un sistema radicular del que carece, para acelerar su crecimiento, para cubrir carencias metabólicas que impedirían la existencia de la planta de forma aislada, o para sustituir las raíces extremadamente delicadas de una determinada planta por unas mucho más resistentes. ¿Cuando injertar? Preferiblemente en primavera o verano, de esa forma es fácil que las plantas estén en crecimiento y de esa forma facilitamos la unión. También evitamos una humedad ambiente excesiva y el riesgo de podredumbres. Si tenemos necesidad de injertar para salvar una planta o por cualquier motivo, podemos realizar un injerto en cualquier época del año aunque ta tasa de éxito es algo menor. ¿Como injertar? Todo el proceso tiene que realizarse en un mismo momento, es importante evitar que alguna de las dos partes empiece a secarse o a cicatrizar, de lo contrario no agarrará. Cortaremos utilizando un cuchillo bien afilado la parte que usaremos como injerto (parte superior) obteniendo un trozo que a ser posible tenga algún punto de crecimiento y que esté sano. No importa que sea pequeño. Una vez cortado evitaremos tocar el corte o que se manche, si esto ocurre es recomendable cortar una fina rodaja para dejar de nuevo limpio el corte. A continuación cortaremos el porta injerto, a ser posible cerca de un ápice activo y que no esté demasiado lignificado. La última fotografía se aprecia que la estructura vascular forma un anillo, por lo que seguro que estamos por debajo del ápice y además coincide razonablemente bien con el corte del injerto por lo que es muy adecuado. Una vez encontrado el punto de corte adecuado afilaremos un poco la punta del cactus para facilitar que el punto de unión sea el centro del tallo evitando que los tejidos que lo rodean crezcan un poco y desprendan el injerto. Guardar Guardar Guardar Guardar Guardar Guardar Guardar Guardar Navegación de entradas
Astrophytum asterias (Lemaire 1868) A pesar de ser una especie en serio peligro de extinción en su hábitat natural se encuentra amplísimamente extendida entre los aficionados, habiendo dado lugar a infinidad de cultivares. Más información Etimología: Del nombre griego astér, 'estrella'.
Astrophytum ornatum (Britton & Rose 1922) Sin duda la especie más resistente de este género puede soportar con facilidad excesos de humedad o sequías prolongadas. Más información